Mi querido amor:

Este es un nuevo mes para seguir soñando, para seguir pensando que todo puede cambiar, que juntos podremos forjar nuestros destinos, es un mes que promete esperanza con sus colores.

Sí mi cielo; ya no importa qué colores tenga hoy el día, pues el corazón tiene las armas necesarias para pintarme de vida de los colores que tú y yo deseamos.

Hoy sólo existe alegría en mí, eso es algo que a ti te agradezco profundamente pues de muchas formas me enseñas que no debo estar triste. Dios no nos envió a este mundo para estar tristes, sino para algo mucho más importante: aprender a ser fuertes y superar todos los obstáculos que se nos presenten en el camino.